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... SIN DEJAR DE SONREIR ...

Sobre folios en blanco y demás visicitudes

Hay momentos en tu vida en los que no te apetece.

Sencillamente, eres un puñetero escritor frustrado y lo sabes. Te encanta escribir, contar tus cosas, aprehender una absurda realidad enquistada y hacerla tuya, valga la redundancia, como no. Te gusta que la gente te lea, te haga un poco la pelota (en ocasiones merecida, en ocasiones deleznable) y sentirte alguien.

Pero a veces... no.

Y luego piensas, intuyes y te formas tu propio mundo de ideas y vivencias. Eres tal cual, una persona con sus ideales y ambiciones, con un físico, una mente y una forma de ser que te parece la adecuada, porque... qué carajo, la sigues. Piensas que tienes algo que decir, admites que quizá no es fundamental pero es lo tuyo, ¿no? Es decir... a tu GENTE le interesa. Llamas, borracho perdido, a las 5 de la mañana a un amigo y te escucha, ¿verdad? Eres alguien.

Pues no.

Eres un jodido folio en blanco, nada. Un encabezamiento vacío que no interesa a nadie porque no se llena paulatinamente. Te quedaste, amigo mío, sin nada que decir. La vida pasó y en tu primer latido se olvidaron de ti.

Amén y que os folle un pez polla "amigos".

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