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Disfrutar del cine: El laberinto del Fauno

Disfrutar del cine: El laberinto del Fauno

Una de las peores consecuencias de quedarte sin pareja estable es la falta de cine. Yo adoro el cine, me encanta, es posiblemente el lugar del mundo donde soy más feliz en menos tiempo. Como buen soñador fantasioso que soy, esa sala oscura donde te cuentan una historia se convierte sencillamente en el paraíso por un par de horas. Hace cosa de un año, era rara la semana que no iba al cine, y eso le quita parte del encanto. Acabas viendo las películas por eliminación y no disfrutas tanto.

Ayer, después de más de mes y medio sin pisar una sala, fui con una amiga a ver El laberinto del fauno, combinación excelente ya que dicha persona se parece mucho a mi en lo referente a salas de cine y películas fantasiosas. Y después de mucho tiempo volví a disfrutar del cine.

Pero pasemos a la película. Sencillamente una obra de arte, de las que mientras las ves, disfrutas como un niño pequeño. Un niño pequeño asustado. Pero lo mejor viene después de verla, al menos en mi caso, recuerdas el universo mágico en el que Guillermo del Toro te desliza sutilmente y no puedes evitar sonreír, con nostalgia y con cierto miedo. El único “pero” de la película ni tan siquiera tiene que ver con ella, la horrible, nefasta, atroz promoción que tiene. Los trailers la presentan como un bonito mundo de fantasía en el que Ofelia, la protagonista (encarnada deliciosamente por la prometedora Ivana Baquero, ojo a esta chica que dará de que hablar) se tropieza con seres extraordinarios. Desconozco la calificación por edades pero… no se engañen, la cinta roza el gore en muchas ocasiones, y más allá de la crudeza visual, trata algunos temas de la tan de moda “memoria histórica” que nuestros niños no deberían conocer tan de golpe.

Ofelia se traslada con su madre Carmen (en el último tramo de su embarazo) a vivir con su padrastro, destacado en un pueblo de Asturias (digo Asturias por el acento de los protagonistas, no estoy seguro…). Vidal, el padrastro de Ofelia, es un alto mando del franquismo, encargado de eliminar los restos de maquis protagonistas de guerrillas contra el régimen del dictador. Y bien, Vidal señores… Vidal encarnado por Sergi López, es ESPECTACULAR, una actuación digna de Óscar. Se trata de un mandatario cruel y despiadado, y aquí algunos pueden tachar al señor del Toro de rojo y politizado, pero a mi entender nada más lejos de la realidad. La película no deja de ser  un mundo sátiro, de cuento de hadas para adultos, y en todo cuento de hadas hay buenos y malos. En este caso los buenos son los rojos y los malos los franquistas, y… bueno, estoy de acuerdo con la apreciación. Volviendo al argumento, pronto Ofelia, lectora apasionada, imaginativa e inquieta, será guiada por un hada a un siniestro laberinto donde Fauno (Fauno es un personaje mitológico, es incorrecto decir “un fauno”, pero cada cual con su fantasía, qué carajo…) la someterá a tres pruebas tras revelarle su verdadera identidad: es la princesa de un antiguo reino subterráneo.

 

No pienso romperos el argumento, sencillamente destacar todas las actuaciones de la película, excepto quizá Ariadna Gil (lo siento, esta señora ha sobreactuado siempre y lo sigue haciendo… es una opinión). Excelente una envejecida (dios, que mayor me hago…) Maribel Verdú, correctísimo Álex Angulo y brillante el teatrero Doug Jones (éste lo he buscado por internet) encarnando a Fauno y al siniestro “hombre pálido”. El señor Guillermo del Toro, que nunca me ha convencido a raíz de la lenta El espinazo del diablo y la desaprovechada Hellboy, demuestra un manejo de la cámara espectacular, y como le comentaba ayer a mi amiga: “Hola, soy Guillermo del Toro y si me sale de los cojones meterme en la barriga de la embarazada, a continuación pasar a una rosa marchita y culminar con un hada mutante revoloteando, lo hago por mis pelotas, ¿qué pasa?” Es SU película y hace con ella lo que le da la gana. Quizá se recrea demasiado en escenas violentas, o puede estar justificado a favor del trasfondo de la obra, a cada cual su juicio.

 

Y bueno, efectos especiales brillantísimos, máxime si tenemos en cuenta que se trata de una producción mexicana, vamos, no conozco el presupuesto pero seguro que Godzilla contó con más dinero. Una dirección artística impecable, una fotografía maravillosa, una banda sonora preciosa (a destacar la nana, tema principal de la película). Y por supuesto encontramos motivos para echar unas risas. Fauno parece que de un momento a otro va a decir: “¡no te digo trigo por no llamarte rodrigoooooorl!, estoy muy malito de la artrosis, jorl” El “hombre pálido” (repugnante a más no poder) a veces parece un mimo del Retiro lo cual da un punto gracioso a la vez que siniestro. Y para concluir, el único fallo de la película… ¿qué pinta Federico Luppi? Me imagino la conversación en la elección de casting:

- Oye, que el Luppi quiere actuar en la peli, ¿qué hacemos?

- Pues nada, ¿hay actor para esta escena?

- No, pero… eeeh, ¿acento argentino en esta escena?

- Si coño, que es Luppi, que no estamos hablando de Jorge Sanz.

- Bueno, pero no entiendo eso de darle dos frases… ¿qué ponemos? ¿“Con la colaboración especial de…”?

-¡Qué coño, ponlo en el Staff principal, el cuarto o el quinto! ¡Macho, que es Luppi!

En fin, no tiene mucho sentido pero da igual, no te estropea la maravillosa sensación de cuento de hadas ni el gran drama histórico paralelo. Sencillamente brillante.

1 comentario

DuNa -

No sé yo si es una película apta para mi sensibilidad peeero... la tendré en cuenta.

La frase la he sacao de una entrevista que le han hecho a Sanz en la revista Woman ^^