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... SIN DEJAR DE SONREIR ...

El hombre del escalón

El hombre del escalón

Cada mañana, durante estos últimos años, caminando hacia la facultad o hacia las prácticas o sencillamente hacia una determinada dirección sin motivo alguno, un hombre se quedaba mirándome. Siempre ha sido así, de ida o de vuelta. En el mismo sitio siempre, desde bien temprano hasta avanzada la tarde. Me miraba largo y tendido, mientras yo andaba.

Se trataba de un hombre de mediana edad, impecablemente vestido. Con una camisa diferente cada día y un pantalón sencillo, vaquero o de pinza. Limpio. Con una barba cuidada. Se encontraba siempre sentado en el mismo escalón, con la mirada perdida, fumando un cigarrillo y en ocasiones, sobre el mediodía, bebiendo una única cerveza.

Yo caminaba y él me miraba. Así de sencillo. Mi ex novia y yo le solíamos llamar: "el pobre más elegante del mundo". Suposiciones claro. Pasábamos delante suya, me miraba, sonreíamos y decíamos: "es increible que este hombre no se mueve nunca". Pasaron los años, uno, dos, tres y el hombre se convirtió poco a poco en parte del paisaje, cuando ya no tenía con quien comentar su impoluto aspecto, ya no quedaba nada que lo hiciera algo notorio. Pero él allí seguía, yo pasaba y él me miraba, inquebrantable, día tras día. En un par de ocasiones me hizo un gesto con la mano y me pidió por señas un cigarrillo. Yo se lo di. Nada más.

Hasta ayer. Ayer volvía de las prácticas. Aburrido, tarareaba una canción de Bruce Springsteen, ansioso por llegar a casa, cuando le vi. Llevaba tiempo sin reparar en él. Me miró, como no. No se porqué pero le miré, sonreí y dije: "hola". Él inclinó ligeramente la cabeza, sonrió y dijo a su vez: "buenas tardes", luego volvió a su cigarrillo y su cerveza y no me miró mientras me marchaba...

Esta mañana no estaba en su escalón. Quiero pensar que se quedó dormido, o que el desayuno se le alargó más de la cuenta. Pero no se porqué, creo que ya no aparecerá más. Creo que llevaba esos largos años sentado esperando a que alguien se dignara a saludarlo. A que comprendiéramos que no era parte de la calle, "un pobre elegante" o un mudo bebedor de cerveza. Supongo que cada cual tenemos nuestros traumas interiores y el hombre del escalón era incapaz de comprender que conocidos de cuatro años no se dignaran a dirigirse la palabra.

5 comentarios

Alguien -

Me gusta.

Anónimo -

sigue con el blog, no?

DuNa -

bonita historia y triste tambn

Sindejardesonreír -

Eeeh... bueno si... ¡pero esto pasó de verdad!

elhombredelsaco -

- adioos!! está hablando!
- ya iba siendo hora de que alguien me dijese hola...